El ozono se aplica en numerosas instalaciones de potabilización de agua principalmente en Europa debido a las ventajas que posee sobre el cloro. Dependiendo donde se aplique los efectos son diferentes, pero no menos importantes.
Cuando se aplica al inicio del tratamiento se denomina pre-ozonización y permite la remoción de hierro y manganeso, mejorar la filtrabilidad, reducir la materia orgánica (generalmente fuente de color, olor y sabor) y oxidar sustancias inorgánicas como los nitritos, sulfuros o cianuros. El uso de filtros de Carbón Activado, luego de la pre-ozonización permite la remoción de sustancias tales como detergentes, fenoles, pesticidas, etc.
La aplicación al final del tratamiento o post-ozonización permite:
Inactivación de virus
Eliminación de bacterias
Desinfección de protozoarios (amebas, giardia y otros).